"Y sin duda nuestro tiempo... prefiere la imagen a la cosa, la copia al original, la representación a la realidad, la apariencia al ser... lo que es 'sagrado' para él no es sino la ilusión, pero lo que es profano es la verdad. Mejor aún: lo sagrado aumenta a sus ojos a medida que disminuye la verdad y crece la ilusión, hasta el punto de que el colmo de la ilusión es también para él el colmo de lo sagrado."


La Sociedad del Espectáculo - Guy Debord (1967)






 

¿Qué producto eres?

Chocante pregunta, en especial para los que la asociamos al pensamiento neoliberal. Da asco, repulsa, en fin pareciera que nos aleja de nuestra esencia y nos transforma en una cosa que hasta pudiese transarse en el mercado. He hablado al respecto con varios amigos ya que soy un convencido que, si bien no somos lo que en economía se conoce como un producto, los demás nos distinguen por los atributos que tenemos y por cuanto estos les hacen sentido o les llegan; así se los enseño a mis alumnos de la carrera de ingeniería en la Universidad de Chile.  ¿Qué me hace diferente? o ¿en qué dominios radica mi atractivo?. Pocas veces nos hacemos esa pregunta y vamos por la vida sin saber porqué alguien, un amigo, un amor, un cliente, decide darnos un instante de su tiempo, (ese tan valorado y malgastado intangible llamado tiempo), teniendo alternativas probablemente  mejores. Tengo amigos que postulan, “es que la gente parece no quererme, no apreciarme” y les planteo “¿y porqué habían de hacerlo?”. La respuesta generalmente es, “es que yo soy una buena persona”; lamentablemente pareciera que el mundo está lleno de buenas personas, sosas, aburridas, que como un sol de invierno, no calientan a nadie.

Conozco mucha gente que se aísla, rumiando su dolor de no ser comprendido, que asiste a costosas terapias, conoce a cuanto tarotista, astrólogo o chamán existe y…finalmente siguen solos y ahora sin plata. Pero la pregunta les fastidia, ¡no soy ni seré un objeto!, ¡jamás me forzaré a ser simpático para que me quieran!. No se trata de transformarse en rana si nacimos conejos, les digo. Se trata más bien de ser los mejores conejos, los más tiernos, saltadores o rápidos o la mejor y más cantora de las ranas. Vamos por la vida tratando de aparentar ser más jóvenes, más hermosos y hasta más inteligentes, sin embargo seguimos igual solos, el mundo hoy está saturado de siliconas, músculos repletos de esteroides y papagallos que recitan de memoria el libro de moda que no entendieron. El secreto creo, no va por ahí, va más por identificar nuestra particulares ventajas competitivas (hasta el más desvalido de los humanos las posee) y optimizarlas. Nos enredamos mucho más en superar nuestros defectos (lo que con los años, es cada vez más difícil), que en mejorar aquello en lo que somos particularmente buenos. No falta quien diga…”es que yo no tengo ni una sola gracia” sin advertir que en esa misma afirmación yace el origen de sus limitaciones: nuestras ventajas comparativas no las hemos obtenido por “gracia” sino como un particular esfuerzo por mejorar y mantenernos en el top de tal mejora. Podrá decir “es que ella nació hermosa” y así su vida ha sido un éxito, sin embargo cuantas bellezas hay que son la lata misma estar con ellas, cuantos de esos guapos que las mujeres ven y les tirita el colaless, una vez que abren la boca, advierten que son dramáticamente estúpidos ya que cual Adonis, se han quedado extasiados en su ondulante reflejo en el agua. Así, se trata de mirarnos y advertir nuestras ventajas, las tenemos y muchas veces las despreciamos opacándolas en la búsqueda de lo que la uniformidad de la moda o “lo que se lleva” nos manda. Esto ultimo si que es patético, tratar de diferenciarnos buscando vestirnos, hablar y asistir a los lugares que la masa concurre o sigue. Vivimos una época tan llena de estúpida vanidad, de vacuidad infinita, de ceguera como opción a mirarnos, que da vuelta el estómago. Así, encontremos que hay en nuestro ser, que nos hace diferentes, atractivos, irreemplazables. 

Si esto se parece a la Coca Cola, quizás…


5 comentarios:

Vesna Karmelic Pavlov dijo...

Excelente! Descentrarse de uno mismo y pensar en qué oferta o valor agrego a los demás.
Un abrazo

Vesna

Claudio Yáñez Arancibia dijo...

Que buena definición, cuando converso con ciertos amigos, que siempre viven reclamando o quejando por todo, tanto en el ámbito laboral como familiar, les digo, uds son como la canción de los Prisioneros, "ESTAS LLORANDO Y NO HACES NADA", por creo que cada uno debe saber y creer en su potencial como persona, padre o profesional.

Un Abrazo
Claudio Y.

Claudio Yáñez Arancibia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Jaime Aravena dijo...

Buen punto y expresado amenamente.
Saludos

Alberto Chacon dijo...

Interesante comentario, me gusta porque remece a invita a no resignarse..Es que..( lo que siempre huele a excusa) invita a indagar en el original y no perderse en copias y, por fin, invita a ser protagonista y no victima...Tb. a recordar la frase de Delfos:"conócete a ti mismo".
Felicitaciones.